Alturas

[Este cuento daba título a mi libro Cuerpo Reservado cuando fue presentado al concurso Pinos Nuevos, en 2007. Luego el editor me sugirió cambiarlo, para vincularlo a Cuerpo Público, y formar así un pequeño díptico. A fin de cuentas, ambos tienen el cuerpo como centro, el primero desde la negación, el segundo desde la entrega incondicional. Este texto encierra la tesis de mi primer volumen de historias, Seguir leyendo «Alturas»

Casa de cristal

[En abril de 2012, yo vivía en el edificio América, un monumental inmueble que se lleva más de media manzana entre los límites del Vedado con Centro Habana. Un edificio oscuro, demasiado habitado, sumamente ruidoso, lleno de tantas vidas. A cada rato yo pensaba cómo sería escuchar a tiempo real los pensamientos de toda esa gente que convivía conmigo allí, mientras yo escribía en un cuartillo pequeño, pequeñísimo, y me sentía muy sola. Quizá de tanto pensarlo el edificio terminó siendo este personaje, este monstruo de tantas voces, este cuento no logrado.] Seguir leyendo «Casa de cristal»

Quebec-Habana-Quebec

No he sabido nada más de este personaje. No recuerdo si le di a leer este texto, como he hecho con otros personajes reales. Tiempo después de su partida me habló por el chat y me informó que desaparecería, que había encontrado a alguien y necesitaba borrarme de una vez y por todas. Me dijo que quería “ser feliz” como si yo fuera el principal obstáculo para alcanzarlo, el motivo de todas sus desgracias, de todas. Deseo que seas muy feliz, fue todo cuanto dije siguiéndole la rima. Y he aquí un hombre que cumple con su palabra. Solo espero que donde quiera que esté ahora haya encontrado lo que buscaba, porque este fue uno de los hombres más solos que yo conocí en mi vida. Seguir leyendo «Quebec-Habana-Quebec»

La noticia

[Este cuento también es de principios de 2007 y ya perdí la cuenta de las versiones que he escrito desde entonces. Raro en mí, porque no soy muy dada a la reescritura. Hay algo en el cuento que se me resiste, o quizá es que la idea -a veces nos pasa esto- me llegó cuando todavía no tenía lo que hace falta para ponerlo en blanco y negro. Luego pasó a ser un ejercicio divertido, al que me regreso a cada rato.] Seguir leyendo «La noticia»

Versiones

 

I

La abuela ha muerto. Sentada en un sillón veo caer la lluvia a través del cristal de la ventana. El entierro será a las tres. Los murmullos de la gente en el salón crean una atmósfera tensa, a medio camino hacia la muerte. Esta noche hará frío seguramente.
No me acerco a la caja, nunca he podido ver la cara de los muertos. Seguir leyendo «Versiones»

Pobreza

[El abuelo de una amiga, un viejito sonriente que trabajó toda su vida como jardinero, contaba que en su natal Pinar del Río era sabido por los mayores que cultivaban la tierra: si siembras sentado, el árbol no crece mucho. Me quedó dando vueltas en la cabeza y luego lo solté en una de mis libretas de notas. Tiempo después, salió este minicuento.] Seguir leyendo «Pobreza»

Inventario de curiosidades

 

[Otro personaje que ya no está en Cuba. Viejo amor que arrancó varios de mis mejores momentos íntimos. Ahora, al releerlo, siento como si lo extrañara otra vez, y extrañara, de paso, la que una vez fui. Ninguno de los dos existimos más de esta manera que ha quedado retratada aquí. Dato gracioso: una lectora muy curiosa me hostigó durante un buen tiempo a fin de saber quién era, e intentó con varios nombres hasta que se dio por vencida. Querido personaje, espero que allá adónde te has ido seas todo lo que estabas destinado a ser cuando nos conocimos.] Seguir leyendo «Inventario de curiosidades»

La que llega

 

[La persona a la que dediqué este pequeño texto le dio importancia igual a cero. Cosas que pasan en la vida, qué le vamos a hacer. Me dolió en su momento, para qué decir una cosa por otra. Han pasado algunos años desde que borré la dedicatoria y, olvidado entre tantas carpetas, hoy lo he encontrado por casualidad. Releyéndolo me di cuenta de que, en verdad, me lo había escrito a mí misma, como un pequeño guiño a esas veces en que una puede ser la de siempre y al propio tiempo, ser otra… gracias a alguien más.]

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4 de julio

[Cuando escribí este cuento ya me pesaban bastante los amigos que ya no están. Ahora que lo revisito me doy cuenta, qué horror, los personajes también se van, emigran lo mismo las versiones de ficción que las reales. No obstante mi golondrina, con la tinta un poco corrida, sigue ahí, con su cola bífida, buscando verano. Le agradezco a mamá haber encontrado la forma exacta para dejarme una marca en el cuerpo real, algo que quedándose me recuerda  lo que se va. Algo que me ayuda a recordar… ] Seguir leyendo «4 de julio»

El gran salto o caída libre

 

[Aquí empezó todo… por segunda vez. Hasta este cuento yo apenas era una egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso que, una vez terminado el curso, había llegado a la conclusión de que no tenía suficiente talento para escribir. Después de un tiempo trabajando en la subdirección del centro cayó en mis manos el libro “Esquirlas”, de Ahmel Echevarría. El resultado de aquella desenfrenada lectura nocturna fue este texto, escrito así, de un tirón y sin respirar. Seguir leyendo «El gran salto o caída libre»